Sintonía · 08.05.19
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Sin doblar turnos y con cocina abierta todo el día, SINTONIA es la novedad del Eixample para alargar la sobremesa y disfrutar sin prisa de la cocina del exBulli Pablo Tomás.
Abrió sus puertas en febrero y ha rodado y perfilado propuesta. Es SINTONIA, un espacio gastronómico situado en el Eixample que nace acompañado de un original scotch bar para que la sobremesa adquiera todo su significado. Porque esa es la idea, aprovechar el tiempo sin mirar el reloj, dejando las prisas en ese coqueto pasaje por el que se llega también a los jardines del Palau Robert.
Libre de cargas, entrarás al nuevo restaurante en sintonía para que el chef Pablo Tomás te haga disfrutar. Tras pasar por elBulli, Arzak o Via Veneto, este aragonés se ha hecho fuerte en SINTONIA, donde ha plasmado saberes y sabores en una carta de autor y producto, también adaptada a usos y costumbres sin restricciones. La cocina está abierta de 12.30h a 23:30h. Tú mandas, tendrás tiempo. SINTONIA no dobla mesas.
Lo harás con una propuesta que cambia por temporada y voluntad de chef, donde el producto se impone tras horas de cocina y arroces de montaña, trinxat de kale, salmón ahumado o brazos de gitano ruso -una curiosa ensaladilla rusa envuelta en una patata de causa cocida y chafada y acabada con mayonesa y encurtidos-. Es punto de cocción de patata y juego de encurtidos, es trampantojo. Volver a la base para dar una vuelta. Tomás juega.
La propuesta se completa con una relación de snacks y picoteo (ostras, hummus con sticks de zanahoria, ostras al natural y a la brasa, croquetas de pollo rustido, o berberechos, anchoas 00, gildas y tablas variadas) para cubrir el entre horas, la buena sobremesa. También sirve al propósito de nexo entre ágapes la carta de postres. Cheese cake, cruasán ahumado con crema de leche; mango, coco y pandan, o gianduja, café y toffee. Tomás se reinventa.
SINTONIA redunda en la importancia de la sobremesa, en disfrutar, en que el tiempo cuente. Lo hace en un espacio clásico traído al s.XXI, con dos zonas divididas por juego de luces como dos espacios en uno para escoger. Por un lado, la sala interior, más tenue; por otro, allá donde impacta la luz natural, la terraza interior descontaminada de ruido y repleta de flores y detalles. Y el llamado invernáculo, la pre-terraza, un espacio ganado a la sala que también bebe del cielo cristal mediante. Tú escoges. Tienes tiempo. Podrás cambiar.
La decoración de todas las estancias cuenta con materiales nobles (mármoles, madera natural, piedra…) y estilo contemporáneo. Solo la tapicería de las sillas rompe una sobriedad cromática que acoge. Ayuda una iluminación dirigida que otorga intimidad, tranquilidad, que crea ambientes para confidencias y sobremesas semi-prohibidas. Las públicas, donde el claro del cielo llega al suelo.